INTERVENCION POPULAR EN LAS POLITICAS PUBLICAS

28.04.2009 14:06


El primer paso

por Carlos A. Sortino


El Presupuesto Participativo es un espacio deliberante, organizado en asambleas barriales en todo el territorio del municipio, creado con el objetivo de que los vecinos discutan y decidan lo que el gobierno municipal debe realizar necesariamente en cada barrio. Estas decisiones vecinales son vinculantes para el gobierno municipal, que deberá concretarlas al año siguiente, bajo el control de las mismas asambleas.
Los únicos límites del Presupuesto Participativo son jurídicos y económicos: no se puede atravesar la competencia propia del municipio ni su capacidad económica. Sin embargo, estos límites jurídicos y económicos pueden ampliarse a través del mismo ciclo de asambleas.
Un funcionamiento transparente y eficaz del Presupuesto Participativo podrá ampliar aquellos límites económicos al propiciar una mayor confianza de los contribuyentes, en lo que hace al destino de los fondos por ellos provistos al Estado en concepto de tasas e impuestos, lo que podrá redundar en una mayor recaudación fiscal.
Un funcionamiento transparente y eficaz del Presupuesto Participativo podrá ampliar aquellos límites jurídicos al proponer debates de fondo sobre la competencia municipal y su capacidad de autorrealización, promoviendo reformas en el sistema legal a través del Concejo Deliberante, la Legislatura provincial y el Congreso nacional, según corresponda.
En el Presupuesto Participativo ponemos en juego la progresiva superación del individualismo, la fragmentación social y la desafección colectiva por la cosa pública, hoy dominantes en la sociedad, lo que, a su vez, orientará una trayectoria de reducción considerable de los márgenes de discrecionalidad política y económica de las autoridades formalmente constituidas y de quienes pretenden serlo.
Pero hay una condición -la única- para que este camino comience a transitarse con transparencia y eficacia: la intervención popular. Porque así como el Presupuesto Participativo puede ser el punto de partida de una nueva organización política, también puede ser un simple mecanismo de legitimación del sistema hegemónico de poder.
La línea divisoria entre el primero y el segundo podemos trazarla según esta política sea dispuesta “desde abajo” o “desde arriba”: en el primer caso, el Presupuesto Participativo es el marco para una población que se organiza y discute libremente sobre los asuntos públicos y toma decisiones vinculantes para el gobierno; en el segundo caso, el Presupuesto Participativo es un mero mecanismo consultivo y, además, selectivo, porque no sólo el gobierno selecciona las temáticas a consultar, sino también a quienes se consulta (por ejemplo, a las personas jurídicas -los sectores organizados de la sociedad-, impidiendo deliberadamente el libre acceso de cualquier persona física).
La elaboración y ejecución del presupuesto del Estado (nacional, provincial, municipal) es la expresión más concreta de una manera de gobernar, su matriz político-ideológica. Y no sólo por su contenido, sino también por cómo se define ese contenido.

 

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